A lo largo de los últimos años, las nuevas tecnologías han adquirido un
gran poder y dominio en la mayor parte de la sociedad. Así pues, sus constantes
avances han llegado a modificar los estilos y modos de vida de muchos
ciudadanos, además de afectar a distintos ámbitos como el económico, social,
laboral, educativo o político entre otros. Podemos decir pues, que las nuevas
tecnologías tienen el poder del nuevo mundo, haciéndose así casi
imprescindibles en nuestras vidas.
La aparición de las TIC ha generado una aceleración del concepto de
globalización, el cual estaba gestándose años atrás. Así pues, actualmente, nos
encontramos en un mundo global, donde la búsqueda y transmisión de la
información se puede producir al momento y en cualquier parte del planeta. Un
lugar, donde muchas entidades tienen la posibilidad de trabajar a tiempo real y
a nivel mundial. Un sistema donde se forman ciudadanos del mundo, es decir
individuos que pueden moverse libremente por diferentes partes del planeta y
encontrar en estas, las mismas instituciones o organismos que se encuentran en
su país (universalización cultural).
A todo esto, cabe añadir que el incremento y avance de las tecnologías,
permiten a cualquier individuo participar de la incorporación de información en
la red, de manera que se ha llegado a generar una sobreabundancia de
información (verídica o no). De este modo, nos encontramos con uno de los
múltiples problemas con los que tenemos que hacer frente para poder llevar a
cabo un buen uso de los instrumentos tecnológicos, la lucha contra la falsa
información que circula por el sistema. Así pues, tenemos que ir con pies de
plomo y ser lo suficientemente críticos a la hora de elegir o transmitir
conocimientos para dar fin a un un mundo lleno de farsas.
Como decía
Bartolomé (2001 p. 6) en la lectura de Area, M. (2002), Recibimos muchos datos e
informaciones, pero no siempre las sabemos transformar en conocimientos”, de esta manera, se tiene que aprender a focalizar la
información con la finalidad de que esta nos aporte algún aprendizaje, el cual
tengamos la seguridad de que este es verdadero. Así pues, desde el ámbito de
educación se deberían dar estrategias a los niños para que en un futuro puedan
diferenciar dicha información sin preocuparnos por las falsedades que se pasean
por la red.
Como hemos
podido observar, la aparición de las tecnologías y en consecuencia la presencia
de un exceso de información en la red, ha provocado que el maestro no sea la única
fuente de contenidos. Así pues, este adquiere ahora un rol más pasivo, sirve de
guía o acompañante. De este modo, podemos decir que se ha replanteado el
concepto de alfabetización, pues en una sociedad tecnológica, la educación tradicional
es insuficiente. Pasamos así a hablar del concepto de multialfabetización,
entendida como la “capacidad de acceder y usar de forma inteligente, critica y
ética la información y comunicación a través de cualquier tecnología independientemente
de que sea formato impreso, digital o audiovisual.” (Area, 2010)
De este modo, podemos decir que las nuevas tecnologías son un “arma de
doble filo”, ya que tienen muchas ventajas, pero a la vez inconvenientes. Así
pues, si bien es cierto que este servicio se ofrece a un público amplio,
también es cierto que su desarrollo no ha llegado de manera equilibrada a todos
los ciudadanos, pues tenemos que hablar sobre el concepto de brecha digital.
Esta última es entendida como la diferencia que existe entre individuos, países
o regiones, al uso o acceso de las nuevas tecnologías. Con esto, podemos decir
que el hecho de que no todo ciudadano pueda acceder al ámbito tecnológico
(brecha digital de acceso) fragmenta el mundo en dos partes. Por un lado,
encontramos ciudadanos con posibilidad de acceder a una biblioteca
universal, mientras que por otro lado, podemos ver personas sin apenas
recursos o capacidades para hacerlo. Éstos últimos son los que probablemente
consideran las tecnologías como una diferencia de exclusión más y no como un
beneficio.
En el siguiente gráfico podemos observar con claridad que el lugar donde
hay más uso y penetración de internet es América del Norte, seguido de Europa y
Australia. En contraposición, los sitios donde hay menos avances relacionados
con las TIC son regiones como Asia o África.
Es por este motivo pensamos que, sobre todo, el ámbito político debería
establecer medidas para que aquellos países en vías de desarrollo puedan tener
las mismas oportunidades que el resto del planeta. De este modo, desde todos los centros educativos se podría hacer uso de las herramientas electrónicas y los alumnos estarían en igualdad de condiciones. Pues, nos parece absurdo que
se usen dichas tecnologías y se lleven a cabo diversas inversiones para hablar
sobre los lugares más desfavorecidos del mundo sin que estos puedan ver ni
experimentar el valor que poseen.
Como bien decía Henry Ford (2013,
p.32) “El verdadero progreso es el que pone la tecnología al alcance de
todos”.
Además la escuela es un buen lugar para poder reducir la brecha digital,
pues es un sitio que generalmente ofrece una gran cantidad de herramientas
tecnológicas a familias y alumnos. Estos pueden tener acceso a dichos medios, a
la vez que pueden disponen de cursos formativos para el buen uso de las TIC.
Referencias
bibliográficas:
Area, M. (2002). Sociedad de la información, tecnologías digitales y educación. En Web docente de Tecnología Educativa. Universidad de la Laguna. Recuperado de: https://ad.uib.es/estudis1819/pluginfile.php/246600/mod_resource/content/1/Area_-_2002_-_Sociedad_de_la_informacion_tecnologias_digitales_y_educacion.pdf
Regions, G. (30/Junio/ 2018). Internet Worlds Stats: Usage and Population Statistics. Recuperadp de: https://www.internetworldstats.com/stats.htm
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